Skip to main content

En Yeklan tenemos el propósito de ayudar a las familias en la tarea de preparar espacios especialmente pensados para la infancia. En este camino las acompañamos a seleccionar el mobiliario y los objetos que más se ajusten tanto a las necesidades evolutivas de los niños y niñas como a las características del entorno. 

Un cuarto, un salón, la cocina, un playroom, la terraza, un patio o cualquier otra estancia pueden prepararse, renovarse y adaptarse teniendo en cuenta algunos aspectos sencillos pero profundos y llenos de sentido para el desarrollo de los niños y niñas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de ambiente preparado?

La elección del mobiliario y los objetos que lo componen, la disposición de los mismos, la luz ambiente, los colores y los materiales elegidos nunca son neutros, por el contrario, ejercen influencia en las personas. Nos invitan a la acción o nos transmiten calma, nos resultan acogedores o desolados, nos llaman la atención o nos son indiferentes, simplemente nos dan ganas de permanecer en él o de marcharnos.

Un ambiente preparado para la infancia tiene en cuenta todos estos factores pero su principal objetivo es el que los niños y niñas puedan moverse con libertad, autonomía e independencia.

“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.” 

María Montessori

Este concepto fue desarrollado por la Dra. María Montessori (1870-1952) como elemento fundamental del método pedagógico integral que creó a principios del siglo pasado.

El ambiente preparado ocupa un lugar muy destacado entre las ideas innovadoras que planteó ya que proporciona al niño y a la niña la posibilidad de comprometerse activamente en su proceso de aprendizaje, del cuál es su verdadero protagonista.

Estos espacios se caracterizan por ser abiertos, amplios, ordenados, luminosos, estéticos. Todos los materiales y mobiliarios son proporcionados a la medida de los niños y las niñas, están dispuestos y tienen una razón de ser en el desarrollo.

Sillas en las que puedan apoyar la espalda y los pies en el suelo, mesas acordes a estas, repisas que permiten acceder fácilmente a los objetos, materiales acordes a las necesidades y características evolutivas integraron estos ambientes desde el comienzo de sus prácticas pedagógicas así como  también la armonía, la sobriedad y el orden en el entorno.

Por otra parte, el ambiente emocional merece especial atención en el método montessori ya que, al igual que el ambiente físico, no es neutro.

¿Preparado para qué?

Las corrientes constructivistas del aprendizaje plantean que este se construye a partir de la interacción de los sujetos con el medio, mediante la manipulación, la investigación y la experimentación, es decir a partir de la acción.

El rol del sujeto que aprende es activo en contraposición a los modelos tradicionales de aprendizaje en los cuales es considerado como un mero receptor pasivo, una “tabula rasa”.

“La experiencia precede a la comprensión”. 

Jean Piaget

Por lo  tanto, el ambiente y los materiales con los que se desarrollan estos intercambios cobran gran relevancia porque posibilitan el entorno en el cual realizar las acciones mencionadas. Y el adulto es quien proporciona y selecciona ambos.

Un ambiente preparado brinda la posibilidad de realizar múltiples descubrimientos en la interacción diaria facilitando la experiencia de aprender por sí mismo. La autonomía, la confianza, la creatividad, el aprendizaje sobre los propios errores y la alegría por los logros conseguidos se potencian.

Por el contrario, un ambiente  que no fue preparado suele ser  inseguro y poco accesible dificultando la exploración, propiciando  la dependencia de un otro adulto y limitando el despliegue de múltiples aprendizajes y experiencias que ofrece  la vida cotidiana.

Un ambiente así preparado brinda la oportunidad de que los niños y niñas puedan moverse en él con naturalidad y también que los adultos  lo permitan, ya que sienten la confianza de que este es el contexto propicio para hacerlo.

Pensemos en la experiencia que experimenta un bebé al poder acceder a un juguete que le interesa mediante el gateo y en la diferencia si este objeto se encontrase fuera de su alcance. 

Muebles y objetos accesibles, seguros, neutros, armónicos y confeccionados con materiales naturales forman parte de este entorno preparado para los niños y niñas tanto en las instituciones educativas como también en los hogares. 

Algunos de los principios que guían la preparación de estos espacios son también perfectamente aplicables y pueden ser adoptados por las familias en los espacios de la casa. 

Los ambientes preparados son espacios para que los niños y niñas puedan hacer y ser más libres, más autónomos, más genuinos, más ellos y ellas en un entorno de seguridad física y afectiva y de respeto por su condición de personas dignas y capaces.

Nuestra propuesta

Ayudar a las familias a preparar espacios que se ajusten a sus necesidades y características es nuestro trabajo. 

Para ello contamos con una cuidada selección de mobiliario y objetos pensada para la infancia, un gran equipo humano y profesional de diferentes áreas (pedagógica, comercial, producto, diseño, comunicación, etc) dispuestos a dar lo mejor de sí en cada proceso y de una propuesta innovadora y flexible para poder acceder a los productos.

Sabemos que las necesidades de los niños y niñas cambian en cada momento evolutivo, por eso queremos mantener la casa de cada una de las familias preparada, ajustando el mobiliario, materiales y objetos que servirán de apoyo en cada etapa y hacer todo lo posible para que se sientan acompañadas en esta experiencia.